lunes, 23 de febrero de 2015

Carta de un demonio a su sobrino

Mi querido sobrino,

Resulta sorprendente que a estas alturas de tu labor me preguntes por la cuestión del Amor tal y como hiciste en tu última carta. Pensaba que a los demonios jóvenes como tú os habrían instruido ampliamente en la escuela al respecto de estos temas tan fundamentales de conocer a la hora de recolectar almas humanas pues, sin duda, el Amor es uno de los asuntos en el que los humanos pierden gran parte de su tiempo durante su vida en la Tierra. A modo de consejo personal, y confío en tu discreción, te recomiendo que el Alto Mando no se entere de tu ignorancia al respecto ya que, como no podría ser de otra manera, pensarán que eres un completo inepto y un incompetente y podrías sufrir justas represalias. Por mi parte, como tío tuyo que soy, mantendré la boca cerrada y haré todo lo posible para que tu ignorancia se reduzca lo más posible; ya encontraré la forma en la que puedas compensarme, pues no creas que mi silencio te va a salir gratuito.


El tema del Amor es un tema complejo. Para los demonios como tú y como yo es una completa inventiva del Enemigo. En otras palabras, el Amor no existe, es un eufemismo creado por el Cielo para denominar una forma de simbiosis entre diferentes entes conscientes. Hemos invertido mucho esfuerzo en estudiar el problema a fondo. Nuestras acciones han conseguido grandes avances en este terreno en los últimos años influyendo en las consciencias humanas y en su imaginario colectivo para desterrar el Amor de las cotas sagradas a las que los humanos de siglos anteriores lo habían elevado. Hemos conseguido que la idea del utilitarismo cale en las mentes humanas y, de esta forma, el Amor ha dejado de ser una unión sagrada para convertirse en un elemento mucho más práctico.


Naturalmente el Amor es un asunto complejo y, como comprenderás, querido sobrino, en una carta como esta no hay espacio suficiente para tratar el tema con la profundidad que se debiera para abarcarlo en su totalidad así que me centraré en las líneas más generales y que creo te serán de mayor utilidad en tu tarea de recolector de almas. Si consigues influir a tu paciente para que el Amor se convierta en un elemento menor de su vida habrás conseguido un gran avance en la tarea que te ha sido encomendada, así que no menosprecies esa esfera de su vida.


Hay que comprender que los demonios partimos con desventaja en este tema pues, como sabrás, la racionalidad que impregna todo nuestro ser no permite comprender un elemento tan irreal como es el Amor. Todo nuestro conocimiento real al respecto ha conseguido asimilar la idea de simbiosis como lo más parecido que podemos entender del Amor. De esta manera comprendemos que los humanos, o cualquier otro ser creado por el Enemigo pueda establecer vínculos afectivos con otros seres en tanto en cuanto no son seres autosuficientes y, con ello, obtienen ventajas a la hora de conseguir sus objetivos colaborando entre ellos en lugar de compitiendo. Sin embargo, más allá de esto, todo lo referido al Amor se nos escapa, al menos en los términos en los que el Enemigo expone su teoría.


La versión más extendida a día de hoy respecto a esta problemática es que el Amor es un invento del Enemigo para conseguir controlar las acciones de los humanos sin interferir directamente en su actividad y respetando, de esta forma, el libre albedrío que tanto mima y del que tan orgulloso está de haber creado. Nuestra teoría, al menos por el momento a falta de una mejor, es que el Amor es sencillamente una mentira con la que el Cielo pretende controlar a los seres humanos haciéndolos creer que sienten sensaciones mucho más intensas de las que realmente padecen, que son las naturales a las relaciones de simbiosis. Podemos entender que en un momento dado un individuo sienta gratitud hacia otro que le ha hecho un favor, pero eso no es Amor como erróneamente piensan. El primer individuo habrá ejecutado el favor al segundo porque estaría en condiciones de ventaja sobre el segundo y así este quedará en deuda con el primero. El primero comprende que el segundo le devolverá el favor en un futuro en el que las situaciones de ventaja estén invertidas y, con ello, se restablecerá el orden natural de las cosas. Esto, llevado al extremo, conlleva las denominadas relaciones amorosas que tanto les gustan a los humanos y que no son, ni más ni menos, que convivencia mutua interesada cimentada en una cadena de favores mutuos y continuos que se intercambian los miembros del romance y que, esto sí que es real, facilita su existencia al tener mayor capacidad de acción a la hora de conseguir sus objetivos.


Toda la parafernalia que rodea a este intercambio de favores y estados de ventaja y desventaja mutuas es sólo pura superchería, una gran mentira, un decorado efímero que consigue nublar las mentes de sus ejecutores y que les permite no ser del todo racionales y soportar tensiones en el contrato de favores mutuo que se intercambian aún cuando alguna de las partes no es del todo cumplidora con dicho contrato. Sin embargo, y aquí es donde tienes que tener cuidado con el paciente, al margen de que toda esta falacia del Amor sea una gran mentira, los humanos lo vivirán como si se tratase de una gran verdad. De hecho, no sólo eso, sino que muchos de ellos creerán que es la piedra angular de su existencia y lo que da sentido a sus vidas. Debes evitar que el paciente llegue a tal estado mental pues, de llegar a alcanzarlo, efectivamente el Amor le salvaría de la muerte. Como sabes nuestro objetivo es conseguir que las almas de los humanos se alejen lo más posible del camino del Enemigo y, por el contrario, llevarlas como tributo a Nuestro Padre Infernal que está en las profundidades.


Algunos poetas humanos han acuñado la idea romántica de que el Amor vencerá la muerte, sin duda inspirados en el episodio de la Encarnación, esa fue nuestra mayor derrota porque, efectivamente el Mesías del Enemigo venció la muerte y regresó de los Infiernos dando con la puerta en las narices a Nuestro Padre Infernal en el mayor acto de desprecio que han tenido los poderes del Cielo con Él desde la Caída que se produjo al principio de los tiempos. Esta idea es sumamente peligrosa porque, a pesar de todo lo mencionado anteriormente respecto al tema que nos ocupa, desgraciadamente para nuestros intereses, el Amor es capaz de salvar a los humanos de la muerte. No de la muerte física, naturalmente, pero sí de la muerte espiritual. ¿Acaso has visto a un sólo enamorado rendir pleitesía a Nuestro Padre de las Profundidades? El enamoramiento tiene la estúpida cualidad de volver buenos a los seres humanos. Sin duda es algo que no dura para siempre pero, si un humano muere estando enamorado será casi imposible que podamos conseguir su alma. Por el contrario terminará en las manos del Enemigo.


Es por esto por lo que dicen que el Amor salva de la muerte. Por suerte en los últimos años, igual que hemos conseguido introducir ideas utilitarias en el imaginario colectivo de los humanos que han conseguido profanar la idea del Amor y defenestrarla a la idea de simbiosis útil, también hemos conseguido que los humanos dejen de creer que el Amor les salvará de la muerte. Con ello se vuelven mucho más egoístas y perezosos a la hora de ayudar a sus semejantes y eso nos permite tener un mayor control sobre ellos y arrastrarlos a nuestro campo con mayor eficacia.


Es por ello, sobrino, que en tu tarea de recolector de almas deberás siempre conseguir que el paciente se aleje lo más posible del Amor en cualquiera de sus formas. Este es un punto sobre el que no hemos hablado, por el contrario todo mi discurso se ha centrado en el Amor que sienten los humanos por su pareja que, aunque es el más efímero también es el más intenso y, por ello, el que debe ser más vigilado desde la cercanía. Sin duda esta carta empieza a ser excesivamente larga y por ello no entraré en hacer una disertación sobre las diferentes formas que puede tomar el Amor en la vida humana, pero sí que te diré que son muchas y que todas ellas son peligrosas para nuestros objetivos infernales. Por ello aleja a tu paciente lo más que puedas de todas ellas, especialmente del Amor de la pareja.


Me despido de ti con la esperanza de que mis palabras te sean de utilidad, tanto en tu tarea de recolector de almas como en la tarea de no ser un asqueroso ignorante que me ponga en entredicho ante el Alto Mando. Sabes que los demonios no sentimos Amor así que espero que me seas útil y nuestra simbiosis pueda mantenerse en un estado óptimo por muchos años.


Atentamente, tu querido tío.

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